Escribe: Israel López
Hace unas horas el ámbito luchístico fue sacudido con la lamentable noticia del fallecimiento de Raymundo Díaz Mendoza, uno de los herederos del legendario Ray Mendoza y quien dio brillo a su trayectoria con tres diferentes personajes:
Rokambole: con el que saltó a la fama en el circuito independiente, siendo muy joven pero demostrando de qué estaba hecho.
Villano V: uniéndose al clan de sus exitosos y recordados hermanos, también conocidos como la Dinastía Imperial o las “Panteras Rosas”, haciendo alusión al peculiar color de sus portentosas máscaras.
Ray Mendoza Jr: ya en la recta final de su carrera y tras perder su incógnita a manos del Último Guerrero en 2009 en la Arena México, decide adoptar el nombre, aprovechando el gran parecido físico con su señor padre.
Con un destacado paso por todas las empresas para las que trabajó, Villano V siempre se caracterizó por ser un luchador recio y efectivo, digno heredero de su padre, al igual que sus cuatro hermanos.
Las principales estrellas del Toreo de 4 Caminos, del Consejo Mundial de Lucha Libre, de Triple A, e incluso, de la WCW en Estados Unidos, padecieron los estragos de sus amplios conocimientos luchísticos.
Es recordado por participar en la que es considerada la lucha de apuestas más importante en la historia de la lucha libre mexicana, puesto que, junto a sus fraternos Villano I y Villano IV, desenmascaró a una tercia perteneciente a otra gran dinastía, la de los Alvarado: Brazo de Oro, Brazo de Plata y el Brazo, celebrada en la Plaza de Toros Monumental de Monterrey, Nuevo León en 1988.
Foto: Historia del wrestling.
Y como el grande que siempre fue, otro de sus más importantes logros fue dejar sin máscara al “Maestro Lagunero” Blue Panther en la catedral de la lucha libre mexicana, en 2008.
Aquella noche, Villano V sorprendió al presentarse con una poco común pero hermosa incógnita con vivos en amarillo, esa máscara fue muy de mi agrado que años después tuve la oportunidad de adquirir una réplica, de hecho, la tengo sobre mi escritorio al momento de escribir estas líneas, me habría encantado que me la firmara y que nos retratáramos, pero eso no fue posible, quizá solo me tocó verlo un par de veces sobre el ring.
Y no solo eso, además de su exitosa trayectoria, también es reconocido por prepararse académicamente, a sabiendas de que este difícil deporte no es para siempre, ejerció las carreras de cirujano dentista y acupunturista, algo que no es tan común en el ámbito luchístico y que Ray Mendoza Jr. desempeñó ejemplarmente.
La última imagen que tengo grabada de él es de hace dos años, cuando en la lucha de máscaras entre Pentagón Jr. y su hermano Villano IV en Triplemanía 32, su hermano resultó derrotado, por lo que Ray, quien fungió esa noche como second, no evitó el sentimiento y se soltó a llorar desconsoladamente en el momento en que su consanguíneo revelaba su identidad.
Sea este espacio, un modesto pero merecido homenaje a la trayectoria de Ray Mendoza Jr., el gran Villano V, un luchador que desde hace mucho tiempo se ganó un lugar en los libros de historia de este maravilloso deporte y que ya está siendo programado en las carteleras de la Arena Celestial, en compañía de su padre y de tres de sus hermanos.
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