Escribe: El Rastaman de la Lucha Libre
Un día como hoy pero 11 años, dio inicio no solo “una etapa de mi vida”, si no más bien una forma de vida.
Sinceramente el primer día no dimensionas que tan lejos puedes llegar, ni hasta donde puedes caer, simplemente no quieres que termine ese día, porque comienza un sueño, ilusiones y un montón de cosas más que rondan por tu cabeza.
Este año como el anterior, lamentablemente no puedo celebrarlo ni festejarlo arriba de un ring, las condiciones sanitarias indican que no es el mejor momento y simplemente no vale la pena arriesgar doblemente tu vida y la de los que te rodean.
Este año para un servidor han sido de mucha reflexión, de añoranza, de recuerdos de nostalgia.
Pues una vez que estamos dentro del mágico mundo de la lucha libre, no puedes librarte de él, existe una fuerza de atracción tan fuerte, que no importa ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? O ¿Por qué?, siempre terminas volviendo.
Un 2021 que ha sido complicado para mí, pues ha sido decisión voluntaria y personal alejarme del deporte de mis amores “por salud” o para decirlo mejor por prudencia y principalmente por ganas de seguir viviendo.
También estoy consciente, que mi caso es un tanto personal, hay quienes si viven de este deporte, pero en lo particular, debajo de la máscara mi vida continúa, tengo deberes personales y profesionales que sigo atendiendo, sigo creciendo personal y profesionalmente, aunque el personaje este “estancado”, “desparecido”, “retirado” o como ustedes quieran llamarle.
Sin embargo, cuando la oportunidad nos alcance y el escenario mejore (no para mí, sino para el mundo) volveré y con mucho más fuerza, volveré con más ganas, lo viviré con la misma intensidad y nerviosismo que mi debut hace 11 años.
También me conozco y sé que me exigiré porque todos siguen preparándose y cuando regrese tengo que estar al mismo nivel, con la mentalidad de seguir aprendiendo incluso de quienes vengan empezando.
No tienen ni idea de cuánto es que extraño el ambiente, el escenario, la afición, la adrenalina, los gritos, las risas, el sonido, que solo conocemos quienes hemos estado arriba del entarimado con las piernas hechas hilos y las risas nerviosas mientras intentamos contagiarnos de la rigidez de las cuerdas de acero que nos hacen ver como súper héroes.
No es un adiós, ni un hasta pronto, es un GRACIAS, por estar, por escuchar, por hablar, por aconsejar, por criticar, por conversar, por enseñarle a un humilde servidor, porque nunca se termina de aprender y lo seguiré haciendo.
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